viernes, 21 de octubre de 2011

Requiem

Requiem

Mi nombre es Ezequiel…

Y esta es la última página de mi diario…

Si alguien, sea quien sea, llega a leer esto, es porque las peores pesadillas colectivas de toda la historia de la humanidad se terminaron de hacer realidad…

A ti, quien quiera que seas que estás leyendo esto, te toca ahora continuar la historia del último ser humano sano y cuerdo que escribió esto antes de sucumbir en este sitio alejado de la mano de Dios…

Recuerdo muy bien cómo fue que ocurrió…

Y recuerdo también porqué todo empezó precisamente aquí
y no en ningún otro sitio…

Yo lo sé muy bien…

Todo empezó poco a poco, pero de repente, la infección acabó con todo aquello que conocíamos…

De golpe todo en lo que creíamos con los ojos cerrados dejó de existir…  

El Apocalipsis llegó y no nos dimos cuenta, estábamos demasiado entretenidos con la versión virtual y distorsionada de la realidad con la que nos atragantaban todos los días…

Cualquier ser medianamente pensante se hubiera podido dar cuenta de que mientras aumentaba geométricamente la acumulación de todo en manos de unos pocos, llegaríamos a un punto sin retorno y que si ese egoísmo y avaricia desaforados seguía devorándolo todo a su paso, el Infierno se desataría en cualquier momento…

Los recursos del planeta no eran infinitos, ni eternos, tenían sus límites…

Pero la estupidez humana no tuvo límites…

Y cuando ya no hubo más espacio en el Infierno para ellos, los muertos caminaron sobre la Tierra…

Y ahora este Infierno que nosotros mismos hemos creado es el precio a pagar por nuestra estupidez…

¿Pero a quién demonios le puede importar ahora todo esto que te estoy contado?

Es más, ¿a quién se lo estoy contando?

Estoy total y absolutamente solo en este maldito lugar que es ahora mi refugio y mi cárcel, evitando por todos los medios a mi alcance que esos monstruos me conviertan en uno de ellos…

Porque, hasta ahora, yo no me he dejado infectar…

Y por eso ahora soy el último ser humano sano y cuerdo que queda en este sitio alejado de la mano de Dios…

Y esa es ahora mi maldición…

Puedo verlos caminar, arrastrarse, devorarse unos a otros, pero yo no soy como ellos… Yo no soy como esas cosas, esas cosas que alguna vez fueron humanas… Aun no…

Yo aun no estoy infectado… Porque yo sí sé quiénes son…

Y porque son como son…

Me dan asco… Míralos… Solo se fijan en lo exterior… Cualquiera que sea distinto a ellos es devorado…

Yo sé muy bien que los seres humanos no son aquellos que solo parecen humanos… No son humanos aquellos que pareciera que están vivos, que pareciera que respiran, que pareciera que piensan y que sus palabras no son más que gruñidos indescifrables y sus acciones no son más que espasmos repetitivos…

No, los verdaderos seres humanos son los que son seres humanos
y se comportan como tales… Yo lo sé…

Aquí, aquí desde mi refugio puedo ver a esas abominaciones…
Están muertos, por dentro y por fuera… Y yo, yo soy muy distinto a ellos… Yo nunca he sido como ellos… Ni nunca seré como ellos…       

Al menos, todavía no…
Todavía no… 

No, maldita sea, ¡no!
Ni hoy, ni mañana,
¡ni nunca seré como ellos!

Si he de morir en manos de esos monstruos, lo haré luchando, lo haré como un ser humano, como el último ser humano que aun no ha sido infectado en este lugar alejado de la mano de Dios…

Mi nombre es Ezequiel…
Y ni el mismísimo Infierno pudo hacer que me rindiera…

Por: Ezequiel
20 de Octubre de 2011

lunes, 10 de octubre de 2011

En aquella solitaria playa…

En aquella solitaria playa…

Hacía más de un año (día más, día menos)
que no sabía nada de ella…
No terminamos de buena manera
la última vez que hablamos…
Más bien, no hablamos, discutimos…
Es más, no discutimos, peleamos…
Y de muy mala manera…

Ya lo había dado todo por perdido,
pensé que no la volvería a ver
y de repente, ahí estaba,
sonriendo, con otro nombre,
más mujer, con su rostro de ángel sin alas…

Ahí estaba, pero…
Yo no veía aún ninguna  posibilidad
de que nos pudiéramos volver a encontrar…
Y si la encontraba,
¿Qué le iba a decir?
¿Qué iba a hacer para que me perdonara?

Veía la cada vez más remota posibilidad de estar juntos
como algo cada vez más lejano, imposible, inalcanzable…
Pero los caminos del destino son misteriosos
y el destino no opinaba igual que yo…

Aconteció que una tarde cualquiera,
aburrida como tantas otras en mí pueblo,
Ví al novio de “aquella que se llama igual que ella” y,
luego de la presentación protocolar y los saludos de rigor,
nos contamos nuestras respectivas vidas…

Era más que obvio que ese era mi pasaporte a la felicidad,
a volver a verla…
O al menos a intentar hacerlo…

Y fue así, porque,
hasta donde sé,
él fue quien nos puso nuevamente en contacto…
Intente enviarle un mensaje a su nombre anterior,
pero, según sé, nunca le llegó…

El hecho es que la noche siguiente a mi encuentro
con el novio de “aquella que se llama igual que ella”
ya estábamos hablando
y concertamos vernos al día siguiente,
que era, precisamente, el día de las madres…

Dejé de hacer todo lo que tenía que hacer en ese momento
para poder verla,
casi no dormí esa noche,
esperando que amaneciera para poder partir a su encuentro,
para verla o al menos para intentarlo…

Cuando llegué a mi pueblo natal,
lo vi todo con nuevos ojos…
Y cuando al fin pude verla,
fue ver un sueño hecho realidad caminando hacia mí…

Su voz, sus ojos, su cabello, su olor…
Ella era…
Todo lo que fui a buscar y más, mucho más…

Empezamos a hablar,
por primera vez frente a frente
y era como si nos conociéramos de toda la vida…
Tanto de que hablar, tanto que hacer, tanto que decir…
Fue verla y fue ser feliz instantáneamente…
Ya no había heridas, cicatrices ni dolor en mí…

En ese momento solo estábamos ella y yo, ahí,
en un lugar que era el más hermoso del universo
porque ella estaba allí, conmigo…

Y luego, caminamos agarrados de la mano por esas calles,
tan vacías de gente, pero tan llenas de ella…
Y luego me llevó a la playa…
El mar no me gustaba, hasta ese día…

En la playa caminamos cogidos de la mano,
hablamos, nos contamos tantas cosas…
Y luego me di cuenta que estábamos solos,
solo la playa,, el cielo, el sol, ella y yo…
Y no recuerdo bien como empezó todo,
pero mis labios buscaron los suyos,
mis manos buscaron su cuerpo…

Y entramos en el mar, tomados de la mano…
El mar, ese mismo mar que hasta ese día no me gustaba…
Y cuando empezaba a acariciarla,
a comerme su piel a besos,
vino una ola traicionera
y me hizo caer de rodillas
y un pedazo de coral me rebanó la rodilla izquierda…

No sentí dolor,
pensé que solo era un raspón o,
a lo mas, un rasguño…
Pero no, era una herida bastante profunda,
que no me dolía, pero que sangraba bastante…
Pero no iba a dejar que una herida,
por mucho que sangrara, me alejara de la felicidad que tenia ahí,
frente a mí, que podía ver, oler, tocar, sentir…
Saborear incluso…

¿Qué pasó después?
Pasó que yo la hice mía
y ella me hizo suyo, como tantas veces soñé…
Pasó que todo el universo hizo explosión a nuestro alrededor
y dentro de ella y dentro de mí…
Fue un huracán, fuego,
pasión desatada en su forma más pura…

Si hubieras podido verla…
Su cabello suelto, su mirada,
su voz, sus susurros, sus quejidos…
Su olor…
Su sabor…

Todo el universo explotó,
dejó de existir y solo quedamos ella y yo,
fundidos como un solo cuerpo en la arena,
bajo el sol, en aquella solitaria playa…


Mediados de 2006

Sé que no te lo he dicho aún…

Sé que no te lo he dicho aún…

Sé que no te lo he dicho aún,
porque cuando al fin,
después de tantas y tantas cosas que pasaron
para que al fin estuviéramos juntos,
te vi ahí, frente a mí,
las palabras se me quedaron ahogadas en la garganta
o en alguna parte de mi cerebro
y lo único que quería y quiero
y lo único que hice y hago
fue mirarte a los ojos,
idiotizado porque eras y eres mis sueños hechos realidad,
un sueño que tantas y tantas veces soñé
(muchas veces, incluso despierto, con los ojos abiertos)
y que estabas ahí, frente a mí,
a solo centímetros de mis manos y de mis labios...
Así que el pedirte un beso, me salió del alma, se me salía por los poros...  
Sé que no te lo he dicho aún,
pero aferrarme a tu recuerdo me ha mantenido no solamente cuerdo,
me ha mantenido vivo...
Ha sido demasiada mierda la que he tenido que pasar,
solo, luego de que te fuiste de mi vida
y tu recuerdo fue y es mi medicina,
mi remedio, la cura y solución de todos o casi todos mis males...
Llego un momento en que creí que jamás te iba a volver a ver,
bueno, al menos no en el mundo real... 
Ya te habías convertido, ya eras, ya eres mucho más que un rostro,
eras y eres un sentimiento con nombre propio,
con tu nombre grabado en cada partícula de mi ser...
La última vez, cuando te fuiste de mi vida,
ya estaba enamorándome de ti,
pero esta vez, cuando al fin todo lo que tantas veces soné se hizo realidad,
cuando al fin regresaste a mi lado 
(aun no sé cómo, pero lo hiciste), 
todo fue... perfecto...
Fue el éxtasis total,
el sentir que mi piel se desintegraba cuando me tocabas,
cuando te tocaba,
que el dolor y el placer eran una misma cosa,
que mi cuerpo, alma y mente estaban concentrados en una sola cosa:
AMARTE,
comerte viva,
devorarnos el uno al otro...
Fue como que me colocaran una bomba atómica en el corazón
y verlo luego estallar frente a mis propios ojos,
no puedo expresar totalmente con palabras lo inmensamente feliz que fui,
que soy estando a tu lado...
Tú, tú hiciste que el estar vivo valiera la pena...
No te lo voy a negar,
eres la única mujer que me ha hecho sentir vivo en mucho, mucho tiempo...
Me sentí presa y cazador al mismo tiempo,
fui y soy barro en tus manos... 
Y por eso,
sentí que me quitaron el piso de debajo de los pies
cuando me dijiste que “le pertenecías a otro hombre”,
algo que jamás mencionaste mientras tu cuerpo y el mío se hacían uno solo
y algo que a mí jamás se me pudo haber imaginado escuchar de tus labios...
Todo aquello que soñaba decirte,
todos los poemas que te he escrito,
que te escribo y que te sigo escribiendo,
todo el amor que sentía y siento en mi corazón
con tu nombre grabado en cada una de las gotas de mi sangre,
se fueron de golpe al abismo más profundo,
un abismo infinitamente más profundo que el mismísimo infierno...
Así me sentí,
sentí que me arrancaban el corazón del pecho,
que me clavaban un cuchillo en el corazón
y luego le daban vuelta, lentamente
y me dejaban desangrándome poco a poco
para ver cómo me iba desmayando
y para que me doliera cada vez más...
Y si, si, y mil veces sí,
para mí el que nuestros cuerpos se buscaran 
y nuestras manos recorrieran nuestros cuerpos
y nuestras bocas se unieran en uno y mil besos fue mucho más que eso,
fue pasión, fue fuego, fue un volcán en erupción,
fueron todas las estrellas del universo haciendo explosión al mismo tiempo,
fue todo eso y más, mucho mas...
Y no, no y mil veces no,
no quiero que te vayas de mi vida,
no después de buscarte tanto y tanto...
No te vayas nunca de mi lado, te lo pido, te lo imploro, te lo suplico...
No solo te ruego,
te imploro de rodillas si es necesario que no me dejes,
que te quedes conmigo,
que me permitas seguirte adorando, amando, queriendo, idolatrando...
Te pido por favor que me dejes seguir siendo tu amante fiel,
de aquí en adelante...
No te exijo a cambio nada
más que me dejes amarte igual o más
que aquel día en aquella solitaria playa,
de ahora en adelante y por el resto de mis días...
Soy tuyo, haz conmigo lo que quieras...

TE AMO (así, en mayúsculas)
con todas las fuerzas de mi revolucionario corazón...
 
Hasta siempre, Amor mío...
   

Mediados de 2006

7 Meses… Epilogo:

7 Meses…

Epilogo:


“La estupidez es lo más difícil de combatir”
Vladimir Ilich Ulianov

Hoy he tenido el valor de escribirte, valor que tú no has tenido para dar la cara, para mirarme a los ojos y explicarme frente a frente porque te vas, y aun sabiendo que esto no sanará el dolor que me causas con tu partida lo hago solo como un desahogo, aunque lo más seguro es que además de que no te importe en absoluto lo que te voy a decir, las palabras que te escribo en este pedazo de papel terminen en la basura o en algún otro lugar peor…

En verdad me gustaría poder creer la única “respuesta” que me has dado: Que nunca me amaste, pero recuerdo todo lo que pasamos juntos, todos los besos, todas las caricias, cuando te hacia mía y de verdad sentía que eras mía, cuando te miraba a los ojos y tu sonrisa me abría las puertas del cielo, cuando con tus besos me hacías ver a un Dios en el cual no creo y trato de creerte, de creer que fue mentira, que jamás me amaste, que nunca sentiste absolutamente nada por mi...

Y no puedo, no puedo creer que tanto amor y pasión se hayan disipado así, sin más...

Pero si fue así, te felicito, lograste engañarme muy bien todo este tiempo, ciegamente creí que sentías lo mismo que yo hacia ti, en verdad, me lo creí…

De lo poco que me has dicho, cuando obligada por mi insistencia a que me des una explicación al fin me has dicho algo, resulta ser que para ti yo no soy mas que un estorbo para tu libertad, un vago sin oficio ni beneficio, un loco idealista y soñador sin títulos ni propiedades que no tiene nada material que ofrecerte, un viejo que ha malgastado su vida soñando sueños de opio, creyendo en quimeras y utopías, construyendo castillos en el aire y arando en el mar…

Y tal vez tengas razón, tal vez si soy uno de los últimos estúpidos en esta tierra que está dispuesto a dar hasta su ultima lagrima, hasta su última gota de sudor y sangre por amor, sin esperar nada a cambio, ni si siquiera el que entiendas porque lo hago…

Más bien, te pregunto,
¿Qué titulo, propiedad o cosa material te asegurará que sientan amor por ti?

¿Qué te hace diferente del rebaño de borregos que los que nos mal gobiernan quieren que sigamos siendo?

¿Acaso tienes ideales o sueños por realizar?

Más bien,
¿Tienes acaso el valor necesario para luchar por hacer realidad esos ideales y sueños?

Recuerda esto:
El tiempo sabrá juzgarnos,
¿Pasaras tú la prueba o saldrás perdiendo como hasta ahora?

El tiempo sabrá poner las cosas en su lugar, recuérdalo bien…

 A pesar de lo arrogante que eres, he intentado por todos los medios a mi alcance tratar de arreglar las cosas en la medida de lo posible, que al menos al final quedáramos siendo aunque sea amigos, pero solo he encontrado odio, rencor y estupidez de tu parte…

Duele darse cuenta que te enamoraste de alguien que tiene en lugar de corazón un pedazo de hielo…

 Tu ya no eres la mujer de quien me enamoré, la mujer de la que me enamoré murió el día que me dejaste y te marchaste con mi sangre en tus manos…

Ya no puedes hacerme más daño, desde de que me arrancaste  el corazón del pecho ya no  me duele tanto...

 Porque allí donde ahora hay una herida abierta que aun sangra, está surgiendo un nuevo corazón, un corazón que a cada latido grita otro nombre distinto al tuyo…

¿Qué por qué renace mi corazón?

Porque el mismo amor que me ha mantenido vivo toda mi vida me ha hecho renacer…

¿Qué por qué grita un nombre distinto al tuyo?

Porque tú no te mereces aun que te amen como yo te he amado…

No te lo has ganado aun…

Aun no has vivido ni sufrido lo suficiente como para valorar todo lo que yo sentía por ti, todo lo que te entregué, pero no te culpo ni te guardo rencor, ni necesito hacerlo, tienes toda una vida por delante para arrepentirte de lo que has hecho, solo que yo ya no estaré ahí para escucharte cuando al fin crezcas, entiendas y valores todo lo que hoy haz destruido sin razón ni motivo, si es que acaso algún día llegaras a hacerlo…

No quiero vengarme de ti, ni necesito hacerlo, la vida se encargara de cobrarte con creces todo el dolor que me has hecho sufrir…

Al final de todo esto, si yo no fuera un loco idealista y soñador, que ama por el simple placer de amar sin esperar nada a cambio, no hubiera tenido la fuerza suficiente para soportar todo esta absurda situación…

Pero el amor me revivió, el amor me hacer ser aun más libre y más fuerte y ahora que he nacido de nuevo puedo seguir viviendo la utopía posible, ahora puedo seguir arando en el mar, ahora puedo seguir  poniendo mis manos junto con las de los demás que creemos que la construcción de un mundo mejor no solo es posible, sino necesaria y no solo necesaria, sino indispensable…

Quédate con todo tu odio y tu rencor, ahógate en ellos si quieres, regresa a la nada de donde saliste, a la nada de donde te escogí para darte un amor que aun no mereces y déjame como me dejaste, sin explicaciones ni respuestas que ya no necesito, que yo me quedo con mi libertad y el valor para entregarme a aquella que si sabe valorar lo que tu aun no tienes la suficiente madurez ni capacidad de entender en toda su magnitud:

El amor sin medidas que te regalé durante esos ahora tan lejanos 7 meses…


Mediados de 2006

7 Meses… Prologo:

7 Meses…

Prologo:


Hoy he tenido el valor de escribirte, sabiendo que esto no sanará el dolor que me has causado con tu partida pero aun así, solo como un desahogo, lo hago, aunque lo mas seguro es que, además de que no te importe en absoluto lo que te voy a decir, las palabras que te escribo en este pedazo de papel terminen en la basura o en algún otro lugar peor…

En verdad me gustaría poder creer que en realidad nunca me amaste, que no me quieres, que nunca me quisiste, pero recuerdo todo lo que pasamos juntos, todos los besos, todas las caricias, cuando te hacia mía y de verdad sentía que eras mía, cuando te miraba a los ojos y tu sonrisa me abría las puertas del cielo, cuando con tus besos me hacías ver a un Dios en el cual no creo y trato de creerte, de creer que fue mentira, que jamás me amaste, que nunca sentiste absolutamente nada por mi...

Y no puedo, no puedo creer que tanto amor, pasión y cariño se hayan disipado así, sin más...

Según me has dicho, yo no soy mas que un estorbo para tu libertad, soy un vago sin oficio ni beneficio, un loco idealista y soñador sin títulos ni propiedades que no tiene nada material que ofrecerte, un viejo que ha malgastado su vida creyendo en sueños de opio, quimeras y utopías, construyendo castillos en el aire y arando en el mar…

Y tal vez tengas razón, tal vez si soy uno de los últimos estúpidos en esta tierra que está dispuesto a dar hasta su ultima lagrima, hasta su ultima gota de sudor y sangre por amor, sin esperar nada a cambio, ni si siquiera el que entiendas porque lo hago, pero el tiempo sabrá juzgarnos y ahí veremos si lo que estas haciendo es lo correcto o no...

 El tiempo sabrá poner las cosas en su lugar…

Solo quería decirte antes de largarme de aquí, aunque se que ya no te importa nada de lo que yo te pueda decir, que yo te amé como jamás he amado a nadie y ese sentimiento no se va a ir de un día para otro…

Cada cosa que veo me trae tu recuerdo y eso echa más sal a mis heridas…

Pero el saber que di lo mejor de mí, que me entregue a ti en cuerpo y alma como jamás lo había hecho, me deja mas tranquilo...

El tiempo sabrá poner las cosas en su lugar, si debemos estar juntos, el mismo destino que nos ha vuelto a unir tantas veces lo hará en su debido momento, tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero algún día ocurrirá...

No es la primera vez que la vida me quita a quien mas amo, ya debería estar acostumbrado, casi todos los que amo están lejos o muertos, pero no, aun sigo siendo humano y aun me sigue doliendo cuando me hacen daño...

Alguien dijo alguna vez que el dolor te recuerda que aun estas vivo y, en mi caso, tiene toda la razón...

Te escribo estas líneas con lagrimas en los ojos y el corazón destrozado, pero con el alma limpia y en paz, porque muy dentro de mi se que lo que viví no fue una mentira ni un sueño, se que fue cierto y que no fui yo solo quien sintió esto, se que tu también me amaste, podría jurarlo...

Ahora, por mi propia paz física y mental, para no volverme loco de dolor, pondré distancia entre tu recuerdo y mi realidad, no porque quiera hacerlo, sino por que tengo que hacerlo, no me dejas ninguna otra opción…

He intentado por todos los medios a mi alcance tratar de arreglar las cosas, que al menos al final seamos aunque sea amigos, pero solo he encontrado odio, rencor y humillación de tu parte…

Ya nada será igual de aquí en adelante para mí, desde que me dejaste mi vida ha cambiado por completo...

Duele demasiado darse cuenta que te enamoraste de alguien que tiene en lugar de corazón un pedazo de hielo…

Quisiera poder arrancarme tu recuerdo de mi mente, de mi alma y de mi corazón tan fácilmente como tu lo haz hecho con el mío, pero no puedo, al menos no todavía, aun las heridas están muy recientes y me duelen demasiado.

Te amé más que a nadie y eso reconforta en alguna manera el dolor que me haces sufrir, pero tranquila, me sacaré el corazón del pecho si es necesario para que ya no grite más tu nombre con cada latido...

Te amo, maldita sea, te amo, siempre te he amado y siempre te amaré, aunque no lo creas y aunque no lo puedas o no lo quieras entender...

Si te molesta tanto lo que te he escrito, entonces puedes hacer con estas cortas líneas lo que quieras, puedes borrarlas, quemarlas, tirarlas a la basura, olvidarlas, echarlas lejos y aun así todo a tu alrededor, cada palabra, cada piedra del camino, cada rostro, cada lugar por donde caminamos juntos, tus labios y tu propio cuerpo que tantas veces fue mío te recordarán que yo te amé como nadie jamás te ha amado y como nadie jamás te amará.

Y a pesar de todo, si decides volver, yo te estaré esperando, a pesar de todo el dolor y el sufrimiento que ahora me haces sentir, te seguiré amando como hasta ahora y más incluso si es que es posible amarte más de lo que ya te amo...

Hasta siempre, amor mío...


Por Ezequiel
(César Santos Jr.)
Mediados de 2006